sábado, 28 de noviembre de 2009

BAR ITALIA - JARVIS COCKER


Mientras Blur y los hermanos Gallaguer “competían” (o así nos lo vendían a través de los medios de comunicación) por ganar la dura batalla del Britpop de los 90… la figura de Jarvis Cocker (Pulp) se alzaba logrando el aclamado éxito de una carrera musical remontada 17 años atrás y sin meritorio alguno hasta ese momento. Con su Different Class en 1995 nos pasea por la polémica de una sociedad marginal, alternativa y diferente. Un “ídolo local” (sin relegar, por su puesto, a un segundo plano su importancia en las listas de éxitos del momento en el Reino Unido con “Common People”, tema con el que alcanzó el segundo puesto) para los jóvenes ingleses, quienes buscaban verse reflejados en aquellas letras de locura incandescente con pulidas músicas. Y así “Bar Italia” (la última canción de este enaltecido y reconocido trabajo) es un ejemplo de ello. No se necesita una letra con detalles, Bar Italia es solamente un momento, un contexto y una situación que nuestra cabeza localiza y hace suya, algo no precisamente modélico, pero no importa, porque desde que escuchas Bar Italia ese instante te pertenece. ¿Un amanecer “and go for a walk past people as they go to work” o quizá su reflejo? Bar Italia no se recrea en los hechos sobre lo acontecido anteriormente, no hace falta, porque todo se respira. La canción nos acaba conduciendo a un lugar para evadirse del mundo, en el que para otros la rutina comienza, pero allí en el Bar Italia, en pleno corazón del Soho, donde la diferencia de clases se acentúa, la figura de Jarvis Cocker se hace presente.




Written by Sara Polo

BERLÍN - LOU REED

¿Cuándo un fallido éxito encuentra su verdadero camino? Que se lo expliquen a Lou Reed, quien con su tercer álbum “Berlín” consiguió catapultar el éxito obtenido en temas como Walk on the wild side incluidos en su anterior y segundo disco “Transformer”, en dirección contraria, hasta tal punto, que su propia discográfica decidió no lanzarlo al mercado, a pesar de que finalmente lo hizo, eso sí, reduciendo un álbum doble a otro simple y perdiendo 14 minutos de grabación, desvencijando así la convicción de su autor y la de su productor de que Berlín sería un trabajo que daría de qué hablar, una película en sí misma. Quizá una hecatombe para la que la música aún no se encontraba preparada, al menos, tal y como Lou Reed había predispuesto esos diez temas, constituyentes de una desgracia que, como el mismo nombre de la palabra indica, giraba no menos que hacia un final fatídico y de absoluta crudeza. Berlín no surtió el efecto deseado ni siquiera para la crítica. Temas que narran la estrambótica, violenta e inalcanzable relación entre un drogadicto y una prostituta, que transcurre a ambos lados del muro de Berlín, en una Alemania dividida. El disco cierra su letanía con Sad Song “Canción triste” y el suicidio de Caroline su protagonista. Hay que comprender que en aquel momento en el que el triunfo del Glam Rock era abrasador, también resultaba ardua labor identificarse con la postura de un drogadicto, que para consolarse ante la muerte inminente de su desafortunada compañera, afirmaba: “I’m gonna stop wasting time somebody else would have broken both of her arms”, Tuvieron que pasar cerca de 30 años para que Carolina por fin pudiera hablar y este disco fuera reconocido no sólo como uno de los más sórdidos de la historia del Pop, sino como uno de los mejores. Un trabajo “etiquetado”, en cierto modo, como autobiográfico y en el que quizá se pueda encontrar cierto paralelismo con la vida de su autor, en aquellos momentos, enganchado a la heroína.